El egoísmo se reparte por el mundo mas de lo que creía.No hay cabida para nadie.
Aunque el sol nos caliente a todos siempre hay alguien que quiere que sea para el.
Perdemos nuestra humanidad a puñados sin darnos cuenta.
Si de algo nos diferenciamos de los animales era por ella.Pero ahora cada vez tenemos menos y volvemos a ser mas animales que nunca,con el instinto de supervivencia a flor de piel.
Desconozco por completo este mundo tan extraño.Y aunque mi educación no haya sido la mejor del mundo hay cosas que se caen por su propia lógica,incuestionables.Los derechos humanos,la tolerancia y el altruismo deberían ser asignaturas de por vida,pero no es así.Nuestro ombligo es mas grande.
El chico del semáforo me dijo gracias con los ojos llorosos;yo pensé: Te acabo de dar mi te de mañana a las 6.Y que mas da si así te ayudo a comprarte un bocadillo.
También martilleaba en mi cabeza las palabras rancias del rompetechos diciendome que el no ayudaba a los negros que los ayudaran sus dirigentes ricos.Y que culpa tiene el de que el otro tenga los grifos de oro.
Yo lanzo una pregunta al aire:¿que seriamos capaces de hacer por no pasar hambre,ni frió ni calamidades?
¿A caso no venderías pañuelos en un semáforo?
No les des peces,enseñalos a pescar.¿Y los que solo tenemos peces que hacemos?
¿Nos quedamos exaustos mirando que ocurre?
Al fin y al cabo morimos,no nos llevamos nada.
Moraleja: Que perra que es la vida.
2 comentarios:
HAría cualquier cosa... El instinto de supervivencia es más fuerte de lo que pensamos...
No hace falta irse a Africa, por ejemplo, para ver que el pueblo pasa necesidad y sus dirigentes tienen grifos de oro. Aquí en España hay gente que lo está pasando realmente mal mientras que otros no han notado siquiera la crisis y viven a cuerpo de rey... Eso es muy injusto también peeeeeeeero por desgacia es lo que hay.
Un besote guapisima, muackkkkkkkks
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