miércoles, 26 de diciembre de 2012

Después de meses sin tregua decidí dar el salto.
Llevo casi tres semanas en Barcelona,mi nuevo destino,o al menos eso espero.
Intento adaptarme a su ritmo y a su gente,de momento lo logro sin problemas.
Añoro a mis grandes,mi trabajo,mi cerveza de los sábados y mi rincón del rock.
Ahora tengo que encontrar todo eso aquí.
He empezado a guardar pequeños rinconcitos,donde poder huir.
En la calle de la Estrella esta uno de ellos,el mejor tandori.
Ardua tarea me espera lo se,pero no me gustan las cosas fáciles,siempre lo digo.
Se que no puedo sustituirlos sino añadirlos nuevos a mi camino.
No puedo olvidar de donde vengo,ni a donde me dirijo.
Me gustan los bloques verdes de la C-58,me recuerdan a la Riviera inglesa,aunque más altos estos.
Parecen de otro mundo,de otro planeta,como yo.
Espero regresar pronto a la tierra.

1 comentario:

Il ultimo trovatore dijo...

El árbol de los amigos
(J.L.Borges)

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.

A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.

El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.

Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio
para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas
a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.

Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.

Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios,
saltos a nuestros pies.

Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas Vacaciones o unos días o unas horas.

Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen
entre una hoja y otra.

...El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima
y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano
y otras permanecen por muchas estaciones.

Pero lo que nos deja mas felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.

Son recuerdos de momentos maravillosos
de cuando se cruzaron en nuestro camino.